El lugar de la otra, Netflix El lugar de la otra, Netflix
por Alejandra Córdoba 06:43, Oct 30 2024

Maite Alberdi explora la búsqueda de libertad femenina en su primera película de ficción, El Lugar de la Otra

Maite Alberdi explora la búsqueda de libertad femenina en El Lugar de la Otra, retratando la identidad de mujeres en un contexto judicial del pasado.

Maite Alberdi hace su debut en el mundo del cine de ficción con la película ‘El Lugar de la Otra’, que está disponible en Netflix. Luego de un breve estreno en salas de cine, esta producción ha generado expectativa por su enfoque particular sobre la historia de mujeres que cometieron crímenes en Chile hace 70 años. La cineasta, junto a las guionistas Inés Bortagaray y Paloma Salas, utiliza elementos de la investigación publicada por Alia Trabucco Zerán en su obra 'Las Homicidas'. Sin embargo, mientras el libro se centra en el contexto sociopolítico de las criminales, Alberdi opta por explorar la historia a través de un personaje ficticio, que sirve como hilo conductor para indagar en las similitudes y diferencias entre las mujeres de entonces y las de la actualidad.

Una mirada íntima a la búsqueda de libertad

La trama sigue a Mercedes, interpretada por Elisa Zulueta, quien trabaja como secretaria del juez encargado del caso de María Carolina Geel, una escritora que comete un crimen pasional. La conexión entre ambas mujeres se convierte en el eje narrativo, ya que Mercedes encuentra en la vida de María Carolina un espejo donde reflexionar sobre su propia existencia en un hogar marcado por las responsabilidades familiares y las expectativas sociales. A lo largo de la película, la búsqueda de un "cuarto propio" se manifiesta en la forma en que Mercedes busca espacios de libertad, un tema central que se relaciona con la famosa obra de Virginia Woolf.

"Todas estamos en búsqueda de espacios de libertad. Acá hay una historia de una mujer mirando a otra que ya tiene conquistada su libertad, incluso desde la cárcel", asegura Maite Alberdi. La evolución de Mercedes se centra en su autopercibimiento y su proceso de autodescubrimiento, desgajando las limitaciones impuestas por su entorno. Las situaciones que comparte con María Carolina le permiten a Mercedes replantear su propia vida y el lugar que ocupa en ella.

A pesar de sus logros creativos, la película refleja una crítica sutil sobre las desigualdades de clase en el Chile de 1955. A través del personaje de Rosa Janequeo, una mujer que enfrenta circunstancias completamente diferentes a las de María Carolina, Alberdi subraya las condiciones desiguales que afrontan las mujeres. Rosa, quien carece de apoyo legal y vive en condiciones de hacinamiento, contrasta con la vida de privilegio que disfruta María Carolina. Esta situación revela que, aunque ambas comparten la experiencia de haber cometido un crimen, sus trayectorias y sus contextos son marcadamente distintos.

Un enfoque cinematográfico profundo

Alberdi, quien es reconocida por su habilidad en el documental, mantiene un enfoque íntimo y analítico al crear su ficción. Aunque su debut en el cine de ficción puede parecer más estructurado, la directora no abandona su mirada crítica y humanista. La atención a los detalles, como las interacciones en los tribunales y la toma de decisiones emocionales de Mercedes, se desarrolla con un ritmo que capta la atención del espectador.

Sin embargo, el filme también enfrenta críticas por la forma en que aborda diversos aspectos. Existe una sensación de que, a veces, la historia se siente demasiado preparada. Las paralelas entre las vidas de las protagonistas se vuelven evidentes, lo que puede restarle fuerza a la narrativa. A medida que Mercedes se adentra más en el mundo de María Carolina, el desarrollo del personaje principal parece a menudo sobrepasado por el contexto que la rodea. La evolución de su personaje podría haber sido más impactante si se hubiera explorado de una manera menos lineal y más profunda.

La película culmina en una exploración de lo que significa realmente ser libre, destacando que la auténtica libertad puede ser un concepto ilusorio cuando se está atrapado en las limitaciones impuestas por la sociedad. El papel del juez, que continúa viendo a Mercedes como "Mercedita", simboliza la visión restringida que la sociedad tiene sobre las mujeres de clase trabajadora. Esta dinámica social y de clase se hace presente de manera sutil pero clara, invitando a la reflexión sobre el camino recorrido en las últimas siete décadas en Chile.

Al final, ‘El Lugar de la Otra’ logra combinar historia, crítica social y búsqueda personal a través de un relato que, aunque puede no satisfacer del todo en su desarrollo, invita al espectador a cuestionarse sobre la realidad de la mujer y su lucha por la libertad. La película, a pesar de sus aciertos y limitaciones, resalta la importancia de la voz femenina en el ámbito del cine chileno contemporáneo.

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