Netflix se interesa por la secuela salvaje de Charlie y la Fábrica de Chocolate, pero ¿veremos su adaptación?
Netflix muestra interés en adaptar la secuela de Charlie, que explora un universo oscuro y surrealista, pero el proyecto aún permanece en suspenso.
La famosa obra de Roald Dahl, Charlie y la Fábrica de Chocolate, ha querido seguir explorando su universo con la secuela Charlie y el Gran Ascensor de Cristal, aunque su llegada al cine o la televisión ha estado marcada por la incertidumbre. A pesar de su popularidad desde su primera publicación en 1964 y las diversas adaptaciones cinematográficas que ha disfrutado, esta continuación ha quedado atrapada en un limbo creativo. Sin embargo, Netflix ha manifestado su interés en llevar esta trama retorcida a la pantalla, aunque sin avances concretos hasta el momento.
Una secuela oscura y sorprendente
El desenlace de la primera novela es justo el comienzo de Charlie y el Gran Ascensor de Cristal, donde el protagonista, tras ganar la fábrica de Willy Wonka, se ve inmerso en una serie de acontecimientos cada vez más inquietantes. Con el ascensor de cristal, que tiene la capacidad de moverse en todas las direcciones, Charlie, su familia y Wonka intentan regresar a la fábrica, pero un fallo técnico los envía al espacio. Allí, descubren el Space Hotel USA, un complejo aéreo que sirve de refugio a altos funcionarios del gobierno, transformación del cuento infantil en una historia que mezcla ciencia ficción y elementos perturbadores.
A medida que la aventura avanza, se revelan problemas más alarmantes, ya que el hotel ha sido invadido por Vermicious Knids, alienígenas hostiles que amenazan tanto a Charlie como a Wonka y su universo. Esta situación exige que Wonka utilice todo su ingenio para proteger a su familia y escapar de la calamidad inminente.
El relato se complica aún más cuando los abuelos de Charlie, en un intento de rejuvenecerse, ingieren una píldora llamada Wonka-Vite, lo que provoca cambios drásticos en su edad. En consecuencia, uno de ellos termina perdido en Menoslandia, un lugar extraño donde aquellos atrapados en el "tiempo negativo" se enfrentan a criaturas monstruosas que pueden quedárselo todo. Este giro añade una mezcla de terror y humor oscuro a la narrativa, alejándose del enfoque infantil original.
Adaptaciones complicadas y futuro incierto
La resistencia de Roald Dahl hacia las adaptaciones cinematográficas de sus obras añadiría otro obstáculo para la secuela. De hecho, según el libro Storyteller: The Life of Roald Dahl, el autor consideraba que la película de 1971 era "mediocre", lo que lo llevó a rechazar la posibilidad de una adaptación de su continuación. Esto hace que Charlie y el Gran Ascensor de Cristal quede en el aire durante décadas, lo que limita su circulación en las pantallas.
Sin embargo, el escenario cambió en 2021 cuando Netflix adquirió los derechos de las obras de Dahl. La plataforma de streaming ha mostrado un fuerte interés por desarrollar una serie animada que incluya este universo, con gerentes de producción en contacto con Taika Waititi, quien podría aportar su estilo característico a la posible adaptación de Charlie y el Gran Ascensor de Cristal.
Dahl sí inició un tercer libro que implicaría a Charlie y al presidente de Estados Unidos, pero el autor solo logró completar un capítulo antes de que la historia quedara inconclusa, dejando las aventuras de los últimos personajes en un rincón olvidado.
El interés de Netflix podría ser la chispa necesaria para revitalizar esta secuela que algunos consideran como una idea desequilibrada y poco convencional. No obstante, hay un gran desafío por delante: llevar al público a aceptar y disfrutar de una narrativa que se ha alejado del tono infantil hacia territorios más oscuros y complejos.